Asteriscos
- Mariposa
- 14 mar 2017
- 3 Min. de lectura
¡Vida la mía!, que cada que regresas tienes el coraje de sacar a pasear mi alma sin pedir permiso. Entras, sacas lo que necesitas y sales como si nunca hubieras llegado.
Te detesto, por todo lo que eres y causas en mí.
Me detesto más a mí, que aún no logro controlar tus visitas y dejó que te lleves mi lápiz y mis hojas, que juegues con mi mente y hagas añicos toda la estructura emocional que intento construir cada día antes de que llegue la luna.
¿Por qué vivimos ocultándonos?
No nos ocultamos de todo el mundo, solo en casos particulares; como los animales que se esconden cuando se sienten en peligro. He notado que todos tenemos alguien que nos atormenta la vida; que está presente y a la vez ausente.
Positivo o negativo, un día debo ser yo quien te abra la puerta y le prohíba a mi alma que se altere con tu llegada. Es que ella debe entender que gracias a ti es lo que es, y esos recuerdos de media noche que no nos dejan dormir son los que nos llenan de ilusiones para comernos el mundo y no volver a permitir que este se destruya por culpa de los deseos retrógradas de otros.
Retrógradas para nosotras porque no tenemos respuestas a esos pensamientos ocultos en esas mentes; no podemos cuestionar aquello que no ha sido pronunciado y sobre todo no podemos juzgar los sentimientos de quien no posee ojos para mostrar su verdadero ser.
Todos los días le repito a mi alma que las cosas tiene una razón de ser; si ocurren o no es porque dos pasos adelante vamos a obtener una consecuencia ya sea positiva o negativa, pero todo en esta vida tiene un propósito por descubrir.
Ella es terca y no entiende, o si lo hace, se hace la loca como de costumbre. Un día me escucha y al otro su esencia impulsiva está destrozando cuanta pintura se le aparezca. Ella no acepta un solo tono, mínimo debe tener dos colores pintados; que solo exista un garabato de un solo color, para ella es una maldición.
Me comprometo a enseñarle a controlar ciertos impulsos, a que aprenda a no mandar todo a la mierda por comentarios sin fundamentos de alguien que vio su vida pasar, esperando el bus que lo sacaría de la monotonía. Haré que entienda el significado de las tres P: paciencia, prudencia, persistencia. Una vez las domine, entenderá que la vida se basa en ellas y que para el día que tú decidas volver ella las dominará tan bien que te volverá solo un recuerdo que a lo largo del tiempo tenderá a desvanecer.
Tú sí que has sido difícil de olvidar, como dicen los viejos sabios: “las peores cosas son las más difíciles de olvidar”, y no por lo que fueron, si no por el recuerdo que tomó un carácter de real en el inconsciente de un país que no podemos pronunciar.
Ese es el mayor problema de mi alma; cree que tiene presente lo que sucedió, pero aún no comprende que lo que tiene presente es el recuerdo de la última vez que se sentó a recordar lo que piensa que es verdad; largas horas de estudio le esperan, pero es mi reto personal. Tengo diecisiete años, quince meses, dos semanas, cinco días, tres minutos y más de treinta segundos para lograrlo.
No es olvidarte, porque los recuerdos a través del tiempo se van destruyendo; es aprender junto a mi alma que somos tiempo y por más de que queramos controlarlo, el tiempo de otra persona se cruza con el nuestro y perdemos control en una parte de él. Es comprender que aunque lleguen recuerdos nuevos, no podemos pasar toda nuestra vida clasificado cuales son buenos y cuáles son malos, si no aprender a disfrutar de esos momentos tal y como aparecen en nuestras vidas.
Nos vemos en unos años, cuando mi alma no tenga que mirar atrás para tomar impulso. Cuando esté más grande e intercambiemos papeles y ahora sea ella quien me brinde la energía para brillar de noche y de día como lo hace el sol con la luna.
Por ahora el tiempo estará contado en asteriscos.
-MARIPOSA.
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