Viajando por el espacio-tiempo
- Camille
- 23 mar 2017
- 1 Min. de lectura
Vagando en lugares recónditos de mis entrañas, recuerdo cómo se sentía ser tocada con amor, cómo ser mirada con comprensión, escuchada con atención. Solía mirarme y generar una conexión, mis neuronas viajaban a un dos por mil. Sinapsis torpes, corazón acelerado, bellos erizados, mejillas sonrojadas. Comodidad absoluta.
Tenía el poder de hacerme perder por un momento de mi consciencia, viajar a lo que nunca antes había podido observar. Una muerte pasajera, una muerte que solo dura un abrir y cerrar de ojos; el tiempo está ahí, pero no se puede ver, es oscuro y no hay nada. Sólo puedes dejarte ir, para poder volver.
Me había tardado en darme cuenta de lo que significaba, señales hay en todas partes, pero decodificarlas no es tarea fácil en una realidad inteligible con receptores poco atentos. Sólo se puede estar seguro cuando la anomalía ya ha cesado, cuando ya ha muerto. Dejar ir para volver.
No puedo decir más. Mi flaco ha muerto, pero aún vive.
-CAMILLE.
Comentarios