top of page

Escribiendo...

  • Mariposa
  • 9 feb 2017
  • 3 Min. de lectura

Un día normal en Bogotá

Las personas siempre andan criticando lo que tienen, lo que no tienen, lo que sucede a su alrededor y por supuesto lo que no ocurre. Siempre andamos teniendo utopías perfectas ante cualquier circunstancia, miramos que es lo que están haciendo mal las personas que controlan el país y hasta lo que están haciendo los vecinos. Nos basamos mucho en datos sin profundidad y nos quedamos siempre atados a una hipótesis de lo que podría ocurrir.


Hace unos días escuchaba a varios de mis profesores quejándose de millones de problemas que tiene el país, luego de escucharlos y leer sobre lo que ellos decían, entendí su indignación con el país, los medios y sobre todo la justicia. Pero hoy es el día que no entiendo que si en sus ojos no pueden ver la realidad de un país que lleva años creciendo de esta manera, porqué motivo no hacen algo para cambiarlo o al menos intentarlo, es qué solo les gusta desahogar su inconformidad con sus alumnos o probablemente quieren que nosotros “la nueva generación” demos soluciones a un problema que ellos siguen dilatando.


No solo escucho maestros indignados, también hay estudiantes que solo critican en los pasillos, en los buses millones de personas sobreviviendo y en sus ojos sin decir palabra alguna se nota la inconformidad con un sistema que te explota y tiende a explotarte cada día más. Escucho millones de voces indignadas con justa causa, pero no veo que generen soluciones, no veo que su inconformidad vaya más allá de unas groserías mañaneras al tener que esperar horas a que pase un transporte para tener que ir a su trabajo o universidad.


Entro en duda, me cuestiono si en los tiempos mozos de aquellas personas adultas, también idealizaban un mejor futuro, también querían “cambiar el mundo” o mejorar las posibilidades del pueblo. Si esto fuera cierto, en que momento de la vida pierden dicha ilusión, en donde la vida les arrebata esa ilusión de poder cambiar las cosas y dejar de estar inconformes con lo que tiene que hacer día a día. Me da temor un día encontrarme en el lugar de ellos, y darme cuenta que mis ideas de ayudar a cambiar las inconformidades del mundo queden pausadas porque me hice más consiente a la realidad, y que las cosas no tienden a mejorar sino que cada día empeoran más, me da miedo, lo acepto, no quiero que un día un estudiante mío se encuentre escribiendo al aire sobre cómo su profesora perdió sus ilusiones porque su entorno hizo que dejara de creer.


Solo divago hoy, no entrare en detalle, este tema de tener que acoplarse a una idea y ver cómo pasan los segundos sin soluciones es frustrante, me llena de temor y un poco de inconformidad. Creo que la inconformidad te nace después de que lees la historia y ves como tienden a recaer en ella, es lo que te hace perder aquellas ilusiones. Solo espero que cada vez que me siente a leer este escrito lleno de temor y que entre líneas se ocultan más pensamientos que no soy capaz de escribir, diga que no me puedo quedar allí sentada como el resto del mundo esperando que las cosas cambien solas, espero levantarme todos los días con nuevas ilusiones y no dejar que ni la vida ni el tiempo se las lleven.

 
 
 

Comentarios


Síguenos en:  
  • Facebook Social Icon
  • Instagram Social Icon
  • Twitter Social Icon
bottom of page